Autoras: Virginia Pires Mahíllo y Amelia Gómez Ramos (estudiantes de 5º)
Un escape de monóxido de carbono en un hotel de Isla ha afectado a casi un centenar de personas, dejando cuatro heridos en estado grave y un fallecido. https://ep02.epimg.net/politica/vid…
El pasado 21 de septiembre, tuvo lugar un escape de monóxido de carbono en el hotel Campomar de la localidad de Isla (Cantabria). El origen del suceso al que inicialmente se apunta es el hollín generado por una mala combustión de la caldera, que podría haberse filtrado por los conductos de ventilación a las rejillas de los baños de las habitaciones donde se alojaban los huéspedes afectados.
El monóxido de carbono es un gas incoloro e inodoro, al que por sus características fisicoquímicas y capacidad tóxica se ha denominado como “homicida invisible y silencioso”.
En la mañana del suceso, un grupo de jubilados malagueños que se alojaban en el hotel echaron de menos en el desayuno a un matrimonio que viajaba con ellos y asustados acudieron a su habitación, en la cual los hallaron inconscientes. En otra de las estancias se encontraba otra pareja afectada por el monóxido de carbono.
Estamos hablando de un gas que atraviesa con facilidad los alveolos pulmonares y cuya toxicidad se debe a la capacidad que tiene esta sustancia para unirse al grupo hemo de algunas proteínas, entre las cuales cobra especial relevancia la hemoglobina.
Desde el punto de vista fisiopatológico, el CO tiene una afinidad por la hemoglobina 230 veces superior a la que tiene el oxígeno. Esto quiere decir, que la presión parcial de CO que se necesita para saturar el 100 % de la hemoglobina en forma de carboxihemoglobina es alrededor de 0,4 mmHg, 230 veces inferior a la presión parcial de O2 requerida para saturar el 100 % de la hemoglobina en forma de oxihemoglobina (véase la figura 1). Además, el CO produce también un desplazamiento hacia la izquierda de la curva de disociación del oxígeno con la hemoglobina, lo dificulta la cesión del oxígeno transportado por esta a los tejidos.
Figura 1. Representación de las curvas de disociación de la hemoglobina (Hb) para el oxígeno (O2) y el monóxido de carbono (CO)
De este efecto principal sobre la hemoglobina, deriva la hipoxia tisular anóxica, responsable de la mayor parte de la sintomatología aguda en la intoxicación por CO. Se trata de una unión reversible y competitiva del CO con el grupo hemo de la hemoglobina. Así, cuando el porcentaje de carboxihemoglobina es igual o superior al 50% se considera que la muerte se producirá de manera prácticamente inevitable. Sin embargo, cuando el grado de intoxicación por CO no es de una magnitud suficiente como para causar el fallecimiento del individuo la unión del CO a la hemoglobina revierte lentamente con el paso de las horas, si este es retirado de la fuente de monóxido de carbono, ya que la semivida de eliminación de COHb se sitúa en 320 min. Esta puede verse disminuida a 80 min con la administración de oxígeno a una concentración del 100 %. Si esta estrategia es combinada con una presión superior a atmosférica la semivida baja a 23 min.
En cuanto se dieron cuenta de que algo no iba bien, llamaron al 112 y el protocolo se puso en marcha en minutos. Se evacuaron todas las instalaciones, se abrieron las ventanas y los bomberos procedieron a buscar a las posibles víctimas mientras buscaban el foco del escape de gas. Uno de los residentes del hotel tuvo que ser reanimado ya que se encontraba en parada cardiorrespiratoria. Cinco de los jubilados malagueños, se encontraban en estado grave y fueron ingresados en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) en el Hospital de Valdecilla de Santander, falleciendo uno de ellos la mañana del viernes. Otras víctimas del suceso, fueron atendidas con vómitos y mareos. 21 personas han recibido tratamiento específico en la cámara hiperbárica de Valdecilla.
Los niños, embarazadas, ancianos y pacientes con patologías coronarias constituyen un grupo de riesgo de exposición severa. De hecho, las víctimas más graves de este suceso están comprendidas entre un rango de edad de 60-70 años.
En total, el hospital de Valdecilla y el de Laredo asistieron a casi un centenar de personas. Según el grado de intoxicación, el cuadro clínico es variable, desde síntomas inespecíficos leves, hasta la muerte por la afectación grave de SNC y/o cardiovascular. La clínica aguda también depende del órgano diana afectado por la hipoxia en cada caso. No obstante, los síntomas y signos más comunes son cefalea, mareo, náuseas, inestabilidad a la marcha, pérdida de la conciencia, taquicardia.
No existe ningún sistema de depuración del CO del organismo, excepto la eliminación fisiológica del gas a través de la espiración.
En España, la intoxicación por monóxido de carbono es la intoxicación por gases más frecuente, siendo su causa más habitual los accidentes domésticos debidos a la combustión incompleta de gases en estufas, calentadores, braseros, calderas, etc. El sistema de toxicovigilancia de la sección de toxicología clínica de la Asociación Española de Toxicología registró entre los años 2004-2008 una media de 175 intoxicaciones por monóxido de carbono anuales, con un promedio de 3 muertos cada año. A partir de estas cifras puede estimarse que en nuestro país se producen cada año unos 2000 casos de intoxicaciones por CO con una tasa de mortalidad aproximada del 4%.
Fuentes:
– Periódico El País
– OLIU, Gemma; NOGUÉ, Santiago; MIRÓ, Òscar. Intoxicación por monóxido de carbono: claves fisiopatológicas para un buen tratamiento. Emergencias, 2010, vol. 22, no 6, p. 451-59.